El colectivo valenciano Revuelta Violeta está integrado por mujeres cishet y personas del movimiento queer siguiendo así la línea transfeminista interseccional que promueve dicho colectivo. Su ámbito de actuación se concibe desde dos círculos clave: la calle y las redes sociales.
Creemos que la lucha en la calle es primordial para la visibilización social de la lucha transfeminista, por ello, Revuelta Violeta es un colectivo que actúa a nivel físico en la ciudad de Valencia, sobre todo, pero también en los municipios de alrededor, intentando conseguir así la mayor repercusión posible.
Pero la lucha en la calle no es suficiente por sí misma. Consideramos que es necesario un movimiento de agitación en las redes sociales haciendo uso de las herramientas tecnológicas a nuestro alcance. Por ello, Revuelta Violeta no solo se encuentra en la calle, sino también en las principales RRSS como Twitter o Facebook.
Transfeminismo
Defendemos la teoría Queer como base teórica de la lucha transfeminista señalando que conceptos como el género binario, el sexo o la heterosexualidad son construcciones sociales sustentadas por el cisheteropatriarcado* siempre desde el mismo contexto occidental. Las asignaciones sociales comienzan desde el propio nacimiento y son alimentadas a lo largo de nuestra vida mediante la educación patriarcal, los medios de comunicación de masas y otras herramientas cisexistas.
Así pues, nuestra responsabilidad como colectivo es la de respetar y visibilizar toda aquella identidad (sexual y/o de género) fuera de las imposiciones cisheteropatriarcales así como luchar por el empoderamiento de cada uno de los grupos oprimidos.
Por último, y siguiendo nuestro punto de vista transfeminista, debemos destacar nuestra posición totalmente contraria a la abolición de género dado que pensamos en el género como parte de la identidad de cada persona y como herramienta necesaria para visibilizarse y sentirse parte de un grupo más allá de las imposiciones sociales.
Anticapitalismo
Hablar de transfeminismo interseccional es dar cuenta de todas las opresiones del cisheteropatriarcado teniéndolo como una de las bases que alimenta el sistema de opresión capitalista. Por lo tanto, Revuelta Violeta se declara abiertamente anticapitalista dada la relación más que evidente entre ambos sistemas opresivos.
El patriarcado ha existido desde antes de la aparición del capitalismo, pero este último se nutrió y se benefició del sistema patriarcal moderno para crear una red casi inexpugnable de control social. La división sexual del trabajo (producción y reproducción) y la consideración de la familia como agente económico favorecieron tanto al desarrollo del sistema económico capitalista como al refuerzo del sistema cisheteropatriarcal.
Por una parte, la división sexual del trabajo crea una asignación de género y de rol según la genitalia de cada persona, esta división genital clasifica la sociedad en dos grupos: hombres y mujeres. Como colectivo transfeminista, rechazamos de todo la división binarista y más aún si ésta sirve como herramienta de opresión de clase.
También es necesario señalar al capitalismo como germen primigenio, no solo de la sociedad patriarcal, sino como agente de la discriminación y demonización capacitista, racista y fascista, lo que choca de forma violenta contra nuestros propósitos de igualdad.
Antifascismo
Considerando el fascismo como una ideología basada en el odio contra las minorías, tratadas como "inferiores", Revuelta Violeta se declara abiertamente antifascista y no tolerará ningún comportamiento relacionado con dicha ideología ni ninguna relación con personas que compartan o estén ligadas de alguna forma al fascismo.
Antirracismo
Desde Revuelta Violeta se insiste siempre en la interseccionalidad versada en torno a tres ejes fundamentales. Si la cuestión de género nos empuja al transfeminismo y la opresión de clase al anticapitalismo, el problema de la etnia, y sobre todo, relacionada con la cuestión imperialista, nos confiere la necesidad de adscribirnos a la lucha antiimperialista.
El problema racial afecta doblemente a las personas queer y a las mujeres no occidentales o PoC, por ello, es necesaria una doble lucha por nuestra parte. Es necesario desoccidentalizar la lucha (trans)feminista, y escuchar las voces de aquelles oprimides no sólo por su género y por su clase, sino también por su etnia.
Somos un colectivo formado en el mundo occidental pero compartimos la perspectiva y respetamos el espacio de lucha de nuestres hermanes PoC. Nos hacemos cargo de que las cuestiones culturales que afecten de alguna manera a su lucha son exclusivamente suyas, por ello, integramos a personas que luchas desde la visión no occidental del feminismo ofreciéndoles así un espacio de cooperación y apoyo.
Feminismo religioso
Desde hace tiempo, la religión ha sido usada como herramienta de control patriarcal. Este tipo de religión, falseada y alejada de la espiritualidad que pretende representar, debe ser reconquistada por los colectivos oprimidos dentro de la religión. No se trata de una contradicción, sino de una reivindicación espiritual. De la misma forma que concebimos como necesaria una transformación social, también debería darse una transformación de las élites religiosas, que no son más que el reflejo de la estructura patriarcal. Todo ello, es una razón para considerar como lícita la lucha religiosa transfeminista, defendiendo y apoyando a estos colectivos.
Trabajo sexual
Cuando hablamos de trabajo sexual nos referimos a toda aquella actividad sexual que se ejerce a cambio de un beneficio y engloba desde la prostitución hasta la pornografía, pasando por interlocutores de líneas telefónicas pornográficas, bailarines de striptease, dominatrices…
Revuelta Violeta respeta y ve estos trabajos como cualquier otro medio de subsistencia y se posiciona como regulacionista, buscando que estes trabajadores puedan realizar su actividades de manera segura y sana, lejos de que terceras personas se lucren con su beneficio o las coaccionen para que realicen estas actividades.
No obstante, en el caso de la pornografía no pedimos solamente que se regule, sino que sirva como medio de educación sexual; representando diversidad de cuerpos e identidades, enfocado a todo el público y enseñando prácticas no-normativas.
Neurodiversidad
En última instancia y como colofón a las opresiones capitalistas, nos encontamos ante el escalón capacitista.
A lo largo de la historia, se ha rechazado a las personas neurodivergentes y/o con diversidad funcional, por ello, en nuestro ánimo de búsqueda de la igualdad y de la creación de espacios seguros, ofrecemos nuestro colectivo a todas aquellas personas que hayan sufrido violencia capacitista para que puedan luchar con el apoyo que todo nuestro colectivo pueda darles.
Lenguaje inclusivo
Creemos en el lenguaje como método de transformación de la sociedad. Por ello, el lenguaje inclusivo es necesario como herramienta de visibilización e integración de todos los géneros que no se sienten identificados bajo los pronombres él/ella o bajo el genérico masculino. La deconstrucción social tendría que ir de la mano de una deconstrucción lingüística ya que ambas se han retroalimentado y han ido evolucionando a lo largo del tiempo. Así pues, lo que intentamos defender haciendo uso de este tipo de lenguaje, no es sino acabar de forma radical con el lenguaje establecido por la sociedad patriarcal y que ha ido desarrollándose en instituciones lingüísticas conservadoras y abiertamente machistas.
Entrar en el colectivo
Nuestro colectivo se encuentra abierto como lugar de formación y aprendizaje mutuo donde se promueve la sororidad y el compañerismo entre personas queer y mujeres cishet. Somos un colectivo que busca el empoderamiento de cualquier grupo oprimido por el cisheteropatriarcado (exceptuando a los hombres cisgénero), por lo que formar parte del colectivo implica aceptar la línea de pensamiento previamente expuesta y ser parte activa en el apoyo entre compañeres.